lunes, 13 de junio de 2011

Friendship Capítulo 2

Aquí está la segunda entrega de esta serie.



Capítulo 2.

El tono del móvil anunciaba la llamada. Iván lo cogió rápidamente. Se trataba de alguien conocido para ambos. ``Sí.... vale.... entendido. Hasta luego´´. La declaración de Iván animó a Miguel. ``¿No te gustaba tener caras conocidas?, entonces ven a las ocho a mi casa y te daré una sorpresa´´. Llegada la hora acordaba Miguel se presentó en casa de Iván y comenzaron a caminar.

- ¿A dónde me estás llevando? - preguntó Miguel, intrigado.

- Lo reconocerás en cuando lleguemos.


Llegaron a su destino: una casita en las afueras de la ciudad. Tras llamar al timbre, abrió la puerta un joven robusto, moreno de piel y pelo y aspecto tosco.

- Hola Javier - dijo Iván.

- Oye Iván, ¿es quien creo que es?.

- En efecto, Javier. Miguel ha vuelto a la ciudad.

- ¿Este es el Javier que conocíamos de pequeños? - repuso Miguel..

- El mismo que viste y calza. - respondió Javier - Pasa hombre, pasa. Seguro que te vas a acordar de otra persona que está aquí.

Al entrar en la casa Miguel encontró en el sofá a una chica dormitando. Tenía cierta semejanza con Javier, pero su belleza era destacable. Su pelo, negro y rizado, le llegaba hasta la cintura. Aún teniendo cuerpo de mujercita, su faz se asemejaba a la de la más preciosa reina mora. Espabiló Javier a la chiquilla para que saludara al recién llegado. Nada más abrir los ojos y darse cuenta de la presencia de un extraño en su casa, salió corriendo a su cuarto.

- ¿Qué ha sido eso?.

- Iván sabe bien como es Laura. Es así cada vez que ve a alguien que no conoce en casa.

- Laura... ¿esa es tu hermana? - repuso un sorprendido Miguel.

- Ha cambiado mucho, ¿verdad?.

Antes de que pudieran responder, Laura salió de su habitación con el pelo recién cepillado y vestida con unos leggins marrones, a juego con su camiseta. De repente Javier dijo: ``Bueno, Iván y yo tenemos que ir a atender unas cosas así que volveremos en un rato. Ponéos cómodos´´. Tras esto los dos salieron por la puerta.

- Creo que nos han dejado solos - intentó romper el hielo Miguel.

- Sí.... - balbuceó Laura.

- La última vez que te vei eras una niña pequeña. Has crecido mucho.

- No me trates como a una cría - protestó Laura.

- Al fin comienzas a hablar. ¿Te apetece ver algo en la televisión?.

- Creo que será mejor si hablamos de algo. Con esta tormenta no creo que sea buena idea encender aparatos eléctricos. ¿Qué tal te fue mientras estabas fuera?.

- Buf... Pues mira, te cuento...

En ese momento se fue la luz y empezaron a resonar los truenos como si alguien en el cielo estuviera jugando a los bolos. Laura no fue capaz de reprimir un chillido ni de lanzarse a los brazos de Miguel, quien la recibió amablemente.

- Lo siento... Las tormentas me dan miedo desde pequeña. No puedo evitarlo...

- Tranquila - dijo Miguel mientras acercaba la cabeza de Laura hasta su pecho - Estoy aquí contigo y no te pasará nada. No tengas miedo.

Y tras notar que el cuerpecillo de Laura seguía temblando, Miguel cogió una de sus manos sin dejar de abrazarla. Este simple gesto consiguió que Laura apoyase su cabeza contra el pecho de Miguel y se relajara. ``Tu corazón suena cálido´´ dijo una sonrojada Laura.

La luz aún no había vuelto cuando una figura abrió la puerta de sopetón. Un relámpago oportuno pudo otorgar a la pareja una visión del visitante: ataviado con un chubasquero con gorro que no permitía distinguir su cara, sus botas sonaron al entrar en la casa. Miguel apretó la mano de Laura con más fuerza. Los pasos del desconocido se oían acercándose al sofá donde se encontraban.


No hay comentarios:

Publicar un comentario